Amazon no cobrará las devoluciones, pero cerrará las cuentas de clientes que abusen de este servicio
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Los compradores devuelven de media una de cada tres compras que realizan por Internet y, por ello, los vendedores online se plantean nuevas fórmulas para no seguir disparando sus costes. En este sentido, Amazon ha decidido restringir o directamente cerrar las cuentas de aquellos clientes que hacen devoluciones de manera recurrente. De esta forma, el gigante del comercio electrónico aún no ha optado por cobrar las devoluciones a los usuarios como ya están haciendo otros operadores como Zara o Uniqlo.
En concreto, Zara, el buque insignia del grupo Inditex, ha implementado una cuota de 1,95 euros para las devoluciones que se realicen a domicilio o en un punto de recogida. Dicha cantidad se descontará directamente del importe de las prendas devueltas. No obstante, las que se hagan efectivas en tienda física seguirán siendo gratuitas. Por el momento, el servicio de Zara sólo se cobra en una treintena mercados como Reino Unido, Irlanda o Alemania. España no está entre ellos, pero la compañía fundada por Amancio Ortega está estudiando implementarlo también en nuestro país.
La cadena japonesa Uniqlo también comenzó a cobrar una cuota en las devoluciones online el pasado mes de marzo en algunos mercados. En Reino Unido, por ejemplo, cobra 2,95 libras; mientras que en Australia la cuota alcanza los 8 dólares si se realiza a través del servicio postal. Hasta ahora, esta medida tampoco se aplica en España.
Asos y Zalando, las pioneras
Una de las compañías pioneras en cobrar una cuota por la devolución de los productos que se compran por Internet fue Asos. Antes de la irrupción de la pandemia, en 2019, la compañía británica actualizó su política de devoluciones. La empresa minorista achacaba esta medida a una necesidad para asegurar que sus retornos continuaran siendo sostenibles para ellos y para el medio ambiente.
También en 2019, Zalando implantó un pedido mínimo para los envíos gratuitos en nueve mercados. Poco después, la compañía comenzó a aplicar un coste adicional a sus clientes para desincentivar la devolución de forma masiva de los productos que adquieren a través del comercio electrónico.
Por el contrario, una deas las pocas empresas que no se lanzó a la venta online por los elevados costes que supone fue Primark. Pese a tener página web, donde se pueden ver sus productos y precios, la firma low cost ha estado años sin vender por Internet, hasta que hace unos meses acabó implementando la modalidad conocida en la jerga retail como click and collect, es decir, el cliente compra en la web y lo recoge en tienda. Así, la compañía se ahorra los gastos de envío.